Un caverno aficionado emerge traumatizado de un laberinto de grutas subterráneas donde dice que perdió a su amigo. Laurene trata de desentrañar la realidad de la ficción en su declaración de testigo antes de contemplar un descenso peligroso. Al mismo tiempo, Cora cree que la hija del alcalde ha sido secuestrada por un misterioso grupo de activistas que dejan sus marcas en las paredes de Villefranche.