Mientras Mia intenta proteger a Dylan de siete años del trauma de los repetidos interrogatorios, los equipos legales y de relaciones públicas de Allen impulsan una narrativa de que Mia es una mujer despreciada y una madre no apta que le lavó el cerebro a sus hijos. Dos investigaciones separadas de 1992 en Nueva York y Connecticut se reexaminan a la luz de documentos judiciales nunca antes hechos públicos, pruebas policiales y cintas de video reveladoras.